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Me da miedo. Anubis, Dios de la Muerte. |
Cuando a orillas del río Nilo el primer faraón unificó a diversos reinos, nació el Imperio Egipcio. Mantuvo su esplendor hasta la llegada de los persas y dejó un legado cultural fundamental para la Humanidad.
El Imperio Egipcio fue el primer gran imperio del Universo. Su importancia se explica en su extensión geográfica y temporal (perduró 2500 años, más de lo que llevamos de Era Cristiana); pero también en la evolución científica y
artística que representó.
La primera civilización (o sea, grupo de personas que utilizan alguna forma de escritura) la habían conformado
los sumerios, pero su poder y trascendencia fueron relativamente pequeño comparado con lo que, a partir de ahora, llamaremos imperios.
La historia del primer imperio, el Imperio Egipcio, se inicia en el valle fluvial del
río Nilo. Rodeado por grandes desiertos, fue el lugar en el que se concentró la población dedicada a las tareas agrícolas luego del progresivo decaimiento del Sahara. Alrededor del año 3000 a.C., el valle del Nilo fue unificado por un jefe militar y religioso: el primer faraón.
Antes, Egipto se encontraba dividido en pequeños reinos: los principales eran Hieracómpolis y Buto. El proceso de unificación realizado por los reyes de Hieracómpolis se le atribuyó a Narmer (también llamado Menes o Meni), primer faraón que reinó sobre Egipto.
¿De qué vivían en esa época? Los egipcios cultivaban trigo, cebada, vid y frutos tropicales. Criaban ganado vacuno, equino y camélido.
Su
religión se basaba en el culto a las fuerzas de la naturaleza. Introdujeron la idea de que la vida seguía después de la muerte, concepto que luego influyó en la
religión cristiana. Los egipcios alcanzaron los primeros conocimientos de contabilidad, geometría y astronomía, y crearon el zodíaco. Los campesinos pagaban impuestos a los faraones, a quienes se los consideraba una manifestación de
los dioses.
Los principales
dioses egipcios eran Osiris (Dios del Sol y la Naturaleza), Isis (Diosa de la Luna), Maat (Diosa de la Verdad y la Justicia), Seth (Dios del Mal y la Oscuridad), Anubis (Dios de la Muerte), Toth (Dios de la Sabiduría), Apis (Dios de la Fertilidad) y Bast (Diosa de la Belleza y la Alegría).
Imperio Antiguo (2700 - 2150 a.C.)
Bajo la
III dinastía, la capital se estableció en Menfis. De un templo de Menfis procede el nombre griego Aegyptos, que finalmente dio nombre al país.
Las mayores pirámides se construyeron durante la
IV dinastía, pero los esfuerzos y recursos gastados en ellas hicieron disminuir el poder de los faraones.
Primer período intermedio (2150 - 2040 a.C.)
Es una
etapa sangrienta del estado egipcio. Abarca desde la
dinastía VII a la X.
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¡Por Dios! Una reina ofrece vino a varias divinidades femeninas. |
Imperio Medio (2040 - 1786 a.C.)
Bajo la hegemonía de una de las principales ciudades,
Tebas, se restableció la unidad perdida durante el primer período intermedio y se alcanzó la máxima expansión territorial. La reunificación se inició bajo el mando de Mentuhotep II. Fue un período de gran prosperidad económica, conformado por las
dinastías XI y XII.
Disminuyeron las inundaciones provocadas por el
Nilo gracias a que lograron desviarlo. Se potenciaron las relaciones comerciales con las regiones cercanas y se impuso el culto al dios Amón.
Segundo período intermedio (1786 - 1530 a.C.)
Hacia 1674 a.C., el pueblo semita de los hicsos (“Jefes guerreros”) se apoderó de Egipto y lo dominó durante un siglo. Los hicsos constituyeron las
dinastías XV y XVI. El faraón hicso más notable fue Khian, quien reinó en Tebas.
Imperio Nuevo (1530 – 1080 a.C.)
Fue la última etapa de esplendor, un período de gran expansión exterior. Durante la
dinastía XVIII, bajo el reinado de Amenhotep III, se detuvo la expansión y se inició un período de paz interna y externa. Se quebró bajo su hijo, Amenhotep IV (luego llamado Akhenatón), que inició una reforma religiosa tendiente al monoteísmo, ganándose la oposición del clero de Amón.
A la
dinastía XVIII perteneció Tutankamón (1346 – 1337 a.C.). Aunque es el más conocido de todos los faraones, fue de los menos importantes: reinó desde los 9 hasta los 18 años (a esa edad murió), siempre manejado por los consejeros reales. ¿Por qué es tan popular, entonces? Porque su tumba fue la única que no fue saqueada y la que mejor se conservó.
En esa época se construyeron también los templos de
Luxor, Karnak y el templo sepulcral de la reina Hatshepsut.
Después de un período de debilidad llegaron al poder las castas militares (
XIX dinastía, conocida como la de los ramésidas). Detuvieron el avance de los
reyes hititas, quienes intentaban dominar tierras egipcias. Pertenecieron a esa dinastías importantes faraones como Setos I (1304 – 1290 a.C.) y Ramsés II (1290 – 1223 a.C.).
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Banco de suplentes. Una construcción impactante: Ramsés II sentado en Abu-Simbel |
Tercer período intermedio (1080 – 663 a.C.)
Comienza con la instauración de faraones de origen libio que se repartieron Egipto; y finaliza con la dominación de los reyes kushitas. Son las
dinastías XXI a XXV.
Egipto se dividió en reinos hasta que Psamético I liberó y volvió a unificar al país en 663 a.C.
Período terminal (663 – 525 a.C.)
En la
dinastía XX había comenzado la decadencia final del Egipto faraónico, caracterizada por la fragmentación y la invasión de pueblos extranjeros. Los faraones cesaron de reinar en 525 a.C., cuando Cambises, rey de
los persas, agregó Egipto a su imperio. Luego, ese imperio sería destruido por
Alejandro Magno. El legado egipcio, sin embargo, permanece hasta nuestros días.