Lao-Tsé (siglos VII y VI a.C.)

¿Sabés un chiste de filosofía? No, no Tsé. Monumento a Lao-Tsé, en China.

Explicar qué es la filosofía no es la tarea de este post. Si quieren entender un poco más sobre filosofía, hagan click acá. Lo que sí podemos decir es que las primeras corrientes filosóficas aparecieron en Grecia, India y China. En Grecia, los filósofos principales fueron Platón y Aristóteles. En la India, Buda. Y en China, Lao-Tsé y Confucio. La explicación de por qué Lao-Tsé merece un post, entonces, es sencillamente que es uno de los seis “fundadores” de la filosofía. Podemos discutir una hora sobre eso, así que por las dudas no lo pongan en un examen.

Sobre Lao-Tsé aclaremos, antes que nada, que no es seguro que haya existido, pero en este blog creemos que sí existió. No es que hayamos investigado, pero sólo dudamos de la existencia de los dragones mágicos, de las personas que no lloran o de Dios.

Lao-Tsé habría trabajado en una biblioteca china junto a Confucio. Escribió un libro llamado Tao Te King, un tratado místico que analiza muchas áreas de la filosofía. ¿Qué propone ahí? El concepto de “acción a través de la inacción”. Dale, no dejes este texto y tratá de seguirme: acción a través de la inacción significa evitar las intenciones explícitas y la voluntad, porque obstaculizan la fluidez armónica de la naturaleza.

Los que odian la filosofía dicen que es una estupidez, porque “si pienso así nunca voy a hacer nada”, pero Lao-Tsé, que pensó un poquito más que todos nosotros juntos, afirma que podemos lograr lo que queremos respetando los sucesos naturales. Al conjunto de acciones que respetan los sucesos naturales le llama Tao. ¿Se va entendiendo algo?

Lao-Tsé fue uno de los primeros tipos con cierto poder que se opuso a las guerras, justamente porque consideraba que no entraba dentro del Tao, que no era natural. Acá, entre nosotros, yo pienso lo mismo. Tampoco le gustaba el exceso de leyes y reglas, que ya empezaban a ser insoportables en China, porque no les permitían a las personas sentirse libres.

Actualmente, entre 300 y 400 millones de chinos tienen al taoísmo (las enseñanzas de Lao-Tsé) como religión.