16 de julio de 2018

Ficciones (Jorge Luis Borges) [1944]

Ficciones es una recopilación de textos escritos por el argentino Jorge Luis Borges. Fue publicado en 1944. La edición que leí tiene 220 páginas.

Es en realidad una compilación (decidida por el escritor) de dos libros: El jardín de los senderos que se bifurcan (publicado por primera vez en 1941) y Artificios (1944).

• Tlön, Uqbar, Orbis Tertius. Es el primer texto de Borges que leí en mi vida (tenía yo 13 años) y me partió la cabeza. Casualmente, es considerado de los más importantes que escribió. ¿Sobre qué habla? Sobre una misteriosa ciudad, Uqbar, cuya literatura sólo hace referencia a un mundo imaginario (Tlön), y que sólo aparece en una enciclopedia. Todo es una excusa para que Borges se desate y construya de la nada un planeta, o un bosquejo de planeta, con montones de teorías complejísimas resumidas a una línea, a unas pocas palabras, al comienzo de la idea. ¡Ay, qué texto del recontra carajo! ¡Qué bestia era el Jorge Luis! Uno de los mejores textos del mundo.

• Pierre Menard, autor del quijote. Ya en el segundo ensayo, Borges deja claro que está escribiendo uno de los mejores libros del siglo. Acá, inventa con mucho disimulo a un escritor, inventa con mucha inteligencia toda su obra e inventa con muchísima creatividad una idea: la de un escritor que quiere volver a escribir (exactamente igual) parte de un libro clásico, pero sin copiarlo ni memorizarlo. ¿Que qué? Parece una locura, pero termina siendo genial.

• Las ruinas circulares. Un misterioso hombre tiene uno de los deseos más difíciles del mundo: crear a otro hombre a través de sus sueños. Parece un texto exageradamente fantástico hasta que Borges le da un cierre majestuoso.

• La lotería en Babilonia. Siempre lo digo, pero me gusta la ridiculez de resumir los textos de Borges en una pregunta. En este caso, ¿qué pasaría si permitiéramos que el azar interviniera en casi todo lo que nos pasa en la vida? Otro de mis ensayos favoritos. Glorioso.

• Examen de la obra de Herbert Quain. Acá pareciera que Borges repite un poco la idea de Pierre Menard, ya que narra la historia de un escritor inventado por él. Pero es que el Jorge Luis tenía tantos libros inventados que no tenía tiempo para escribirlos, entonces tenía que fingir que ya estaban escritos y atribuírselos a otro autor. El final, otra vez, es lo mejor.

• La biblioteca de Babel. Bueno, esto ya es la excelencia, de lo mejor que leí en la vida entera. ¿Cómo explicar estas 14 páginas? Borges juega a que el mundo es una inmensa pero no infinita biblioteca, en la que cada posibilidad es un libro. No, no, explicado así es malísimo: léanlo y van a ver cuánta genialidad junta.

• El jardín de senderos que se bifurcan. Complejísimo texto ubicado en la Primera Guerra Mundial, en el que un agente japonés que huye del enemigo descubre el laberinto más extraño, creado por un antepasado suyo, mientras cumple un inesperado plan.

• Funes el memorioso. Había escuchado mil veces hablar sobre este cuento, pero no lo leí hasta que tuve 34 años, en un club de Remedios de Escalada y en voz alta: una página mi amigo Leandro y una página yo. No me cambió la vida para siempre, pero me gustó. Se trata, por si no lo saben, de un tipo que sufre un golpe en la cabeza y a partir de ahí no puede olvidar nada de lo que le sucede.

• La forma de la espada. Parecía que iba a ser uno de esos cuentos de matones, compadritos, asesinos que tanto le gusta contar a Borges, pero el final es escandalosamente genial y lo convierte en algo mucho más complejo.

• Tema del traidor y del héroe. Acá Borges hace otra vez una de esas cosas que tanto le gustan, que es contarnos el argumento de un libro que nunca fue escrito. ¿Puede un asesinato ser también una obra de teatro? es la pregunta que responde el gordo Jorge Luis.

• La muerte y la brújula. Erik Lönnrot es un investigador que busca descifrar una cadena de asesinatos. Se encontrará con una resolución de lo más compleja y sensacional.

• El milagro secreto. En 1939, el escritor Jaromir Hladík estaba a punto de ser ejecutado por el ejército nazi y pidió un deseo a Dios: que le otorgara un año para terminar de escribir su mejor obra. ¿A que no sabés qué pasó?

• Tres versiones de Judas. Nils Runeberg, teólogo inventado por Borges, postula que Judas no traicionó a Cristo por maldad o codicia, sino por otro motivo, que es el más grande y terrible secreto de la historia toda: la respuesta a ¿quién era Judas en realidad? Excelente.

• El fin. Borges inventa la historia de la muerte de uno de los personajes más importantes de la literatura argentina. ¿Querés saber cómo murió M...? No, mejor no les digo.

• La secta del Fénix. ¿Qué pasaría si una orden secreta fuera tan secreta que se extendiera a todas las personas pero nunca dejara de ser secreta? Borges propone una respuesta.

• El Sur. Un hombre supera una dura enfermedad que lo mantuvo al borde de la muerte, pero, al final, la muerte vuelve a presentársele de cerca. ¿Es la muerte lo peor que puede pasarnos?

Algunas frases que me gustaron especialmente:

• "Censurar y alabar son operaciones sentimentales que nada tienen que ver con la crítica"

• "Un hombre puede ser enemigo de otros hombres, de otros momentos de otros hombres, pero no de un país; no de luciérnagas, palabras, jardines, cursos de agua, ponientes".

• "Lo que hace un hombre es como si lo hicieran todos los hombres. Por eso no es injusto que una desobediencia en un jardín contamine al género humano; pero eso no es injusto que la crucifixión de un solo judío baste para salvarlo. Acaso Schopenhauer tenía razón: yo soy los otros, cualquier hombre es todos los hombres".

• "La realidad no tiene la menor obligación de ser interesante. Yo replico que la realidad puede prescindir de la obligación, pero no las hipótesis".

• "No hay hombre que, fuera de su especialidad, no sea crédulo".

• "Alguien observará que la conclusión precedió sin duda a las 'pruebas'. ¿Quién se resigna a buscar pruebas de algo no creído por él o cuya prédica no le importa?".

• "Hay una hora de la tarde en que la llanura está por decir algo; nunca lo dice o tal vez lo dice infinitamente y no lo entendemos, o lo entendemos pero es intraducible como una música".