(Si querés un resumen a lo bruto desde el Big Bang hasta acá, leé esto)
Es un buen momento para hacer un resumen de los capítulos anteriores, especialmente para los distraídos o para los que llegaron a este texto por casualidad.
Una vez que aparecen los seres humanos y evolucionan hasta tener un cuerpo parecido al que tenés vos, esa evolución individual se transforma en evolución colectiva: como el hombre ya no puede generar grandes cambios por su cuenta, se junta con otros. Ese camino llevaría a la formación de las primeras civilizaciones.
Esas primeras civilizaciones estaban en permanente enfrentamiento con las que vivían cerca. Cuidado: cuando leemos sobre Historia pareciera que estaban en guerra todo el tiempo, pero no es así. Si nos cuentan que Esparta luchó contra Persia en 490 y contra Atenas en el 431, nunca imaginamos los 59 años de paz que existieron en el medio. De hecho, si en el futuro a alguien le cuentan que Argentina luchó contra Inglaterra en 1806, 1807 y 1982, tal vez nos imagine como a un pueblo guerrero. Sin embargo, no es lo que parece cuando caminamos por Campana o por Llavallol.
De todos modos, las civilizaciones antiguas sí peleaban un poco más que las actuales. ¿Porque eran malos? No. Se peleaban porque desconfiaban de lo desconocido (los otros) y, muy especialmente, porque la comida no alcanzaba. Muchas veces lo que la naturaleza daba (frutas, verduras y animales que pasaban por ahí) se acababa y había que buscar otros lugares que tuvieran alimentos. El problema era cuando esos lugares estaban ocupados.
Incorporemos esto: la mayoría de las guerras de la Edad Antigua no fueron por la ambición de gobernantes dementes; fueron porque las personas no tenían qué comer y la única forma de evitar las revueltas era enviarlos a buscar comida en otras regiones.
En fin, sigamos. Hubo múltiples civilizaciones, pero pocas han sido consideradas relevantes: los sumerios, los asirios, Egipto, Grecia, China, India... Básicamente, lo que estuvimos viendo hasta ahora.
Elegimos hacer un quiebre acá porque aparece un tal Alejandro Magno. Más allá de mi propia teoría sobre él, Alejandro es importante por varios motivos. No surge de un súper imperio formado, sino que él es la clave para formar al imperio. No es parte de un larguísimo proceso, sino que en quince años consigue más tierras que ningún otro antes. No es parte de un fenómeno colectivo, no se habla de un “ejército macedonio”: la clave es él.
Alejandro Magno es uno de los primeros casos en los que aparece un elemento extra en la lucha por el poder: el carisma (fenómeno que fascinaba al filósofo Max Weber, según me contó Alejandro Salamón en la Universidad de Lomas). Aunque yo mucho no lo banque, Alejandro tenía en sus acciones, en su voz, en su personalidad algo que atraía, que modificaba a los demás. A Alejandro lo seguían por fe y por convicción más que por raciocinio. Sólo un desequilibrado podía intentar lo que él intentó, lo que casi logra: ser dueño del mundo.
Llegamos a este punto, entonces. Persia, Atenas y Esparta como centros de poder, China tranquila a un costadito y muchas regiones sometidas (India, Palestina, Israel). De América y de Oceanía, ni noticias.
El Imperio Egipcio se extinguía, el apogeo del Imperio Asirio había quedado atrás, el Imperio Persa era el principal, pero... pero nació Alejandro Magno. La Historia Universal continúa así...
No te la puedo creer!
ResponderEliminarLA OBRA que mis iris vieron nacer sobre el papel... ahora forman parte del ciber espacio?
Ciberespacio donde los caracteres se transforman en bits de sabiduria...
Ciberespacio donde el desasnarse está a un click de distancia...
Ciberespacio...
El todo o la nada misma!
Felicitaciones!
Como siempre, un grande, te superás!
Abrazo de gol de Toti Iglesias a Colombati
Nico C (de Ciberespacio)
Me acordé de este párrafo de Alejandro Dolina que aporta una mirada perfecta sobre su tocayo de Macedonia:
ResponderEliminar"...Boca es el alma romantica. River el clacisimo. Boca es fe y corazon. River es ciencia y cerebro.
Cualquier historiador sensible podria reconocer, sin consultar documento alguno, las preferencias deportivas de los personajes de cualquier siglo.
Alejandro de Macedonia fue -sin duda- boquense perdido. Aristoteles, su mentor, era de River..."
Abrazo de gol de Goran Pandev...
Nico, sos el jefe de diseño universal del proyecto infinito, en papel o en la web.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Uno de los textos más gloriosos de Dolina, Pablo. Gracias por recordármelo.
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