28 de septiembre de 2020

Perú (1572-1630)


• Resumen de lo publicado

Las tierras que actualmente pertenecen a Perú fueron habitadas hace al menos 10.000 años y vivieron ahí numerosos pueblos con diferentes culturas. El más conocido es el pueblo Inca. Más allá de los conflictos que pudieran existir, no hay registro de nada siquiera parecido a la violencia que ejercería el Imperio de España, dispuesto a todo para esclavizar o exterminar a la población. Para 1529, España ya había invadido América Central y avanzó hacia América del Sur, especialmente hacia los actuales Perú y Bolivia, que poseían oro y plata. La región era conocida como el Tahuantinsuyo. En 1530, el genocida Francisco Pizarro junto a 180 hombres empezaron la masacre. Los Incas los recibieron amablemente en 1531 y los invitaron a vivir con ell@s. Cuando se conocieron las intenciones de los españoles, empezaron los enfrentamientos. En 1532, los invasores se trasladaron hacia Cajamarca, donde se encontraba Atahualpa, líder los Incas. Con la ventaja que las espadas, los caballos y las armas de fuego les dieron, asesinaron a Atahualpa y a centenas de inocentes. Esclavizaron a les sobrevivientes y avanzaron hasta la ciudad de Cuzco, a la que invadieron en 1533. Pizarro nombró a un nuevo líder Inca, Manco Inca, para facilitar la esclavización del pueblo, pero Manco Inca los engañó y organizó una justa rebelión. Luego de largos meses de enfrentamiento en Cuzco, Manco Inca tuvo que licenciar a parte de sus compañeros para que cultivaran tierras y obtuvieran comida. Los Incas se retiraron hacia el pueblo de Vilcabamba, donde hicieron la última e histórica resistencia contra sus asesinos. En 1542, los reyes de España crearon el Virreinato del Perú, para unificar la gobernación de sus dominios en América, lo que generó enfrentamientos entre los españoles que ya estaban en Perú y los que llegaron después. Los genocidas terminaron enfrentándose entre sí. El fin de los tres hermanos Pizarro fue justicia poética: Francisco terminó asesinado en su palacio de Lima; Gonzalo cayó ejecutado por las tropas de los reyes; y Hernando estuvo veinte años preso por orden del Consejo de Indias. Para 1554, los reyes españoles ya habían asesinado a los conquistadores iniciales y ordenaron enviar todas las riquezas encontradas a España. El resurgimiento final de los Incas estuvo a cargo de Túpac Amaru, pero en 1572 los genocidas españoles lo mataron despedazándolo. Los Incas guardaron cada parte del cuerpo de Túpac Amaru esperando, simbólicamente, su resurrección y un futuro mejor.

• ¿Cómo sigue la historia?

Durante todo el siglo XVI, el gran negocio de los genocidas fue la minería, explotada a cualquier costo. El genocidio perpetrado contra los pueblos originarios fue brutal. En 1530, la población de los Andes centrales era de 9.000.000 de personas. En 1560 quedaban solamente 2.500.000. En 1590, 1.500.000.

Toda la estructura del Imperio de España se basaba en el saqueo de riquezas para llevarlas a Europa. En 1543 se había establecido en Perú la Audiencia de Lima, que tuvo jurisdicción en toda América del Sur hasta 1717, ya que el Virreinato del Perú, por sus riquezas, era el centro del saqueo.

En 1568 llegaron a Perú los jesuitas, brazo ideológico del catolicismo para aumentar el sometimiento de los pueblos originarios; y en 1569 arribó el virrey Francisco de Toledo para intensificar el dominio: la fundación de un Tribunal de la Inquisición (que asesinó a por lo menos 7.000.000 de inocentes en el mundo) y la sanguinaria muerte de Túpac Amaru en 1572 son apenas ejemplos.

El poder del Imperio, sin embargo, no llegaba a todos lados, y los Ayuntamientos (órganos reguladores en pequeñas ciudades) tenían cierta autonomía y serían semilla de los primeros intentos de independencia de los criollos (hijos de españoles nacidos en América) contra el Imperio de España.

En 1576 se creó la primera imprenta en Lima, como herramienta católica. En el tercer Concilio Limense (1583) se ordenó editar catecismos en lenguas indígenas y destruir todos los elementos relacionados con las religiones nativas que se encontraran.

A partir del siglo XVII comenzó un fuerte declive de la minería, desgastada casi por completo, y en 1630, un fuerte terremoto en Perú significó otro golpe para la acumulación de poder ambicionada por los españoles.

El genocidio español fue tan grotesco que ni siquiera la "historia oficial" (escrita por agentes del poder y casi siempre justificadora de injusticias) pudo negarlo, pero fíjense qué curioso cómo utilizan palabras rebuscadas ("penuria moral", "sistema de valores de estas gentes", "refractarios a dejarse dominar") para no decir simplemente que los españoles enviaban a lo más vil de su población a violar, torturar, manipular y asesinar a millones de inocentes de las maneras más aberrantes (y como no alcanzaban en América, también traían africanas y africanos para hacerles lo mismo) solamente para sostener sus deseos de grandeza, expansión y poder autoritario a miles de kilómetros.

"La conquista y el sometimiento de las poblaciones indígenas dieron como resultado el total desmoronamiento del tradicional sistema de vida y de valores de estas gentes. A esta penuria moral se unió el azote de epidemias y enfermedades llevadas por los españoles y frente a las cuales la población nativa no tenía defensas. Por otro lado, pese a estar prohibida la esclavitud de forma oficial, ésta fue una realidad".

"A lo largo del siglo XVI se observa un brusco descenso de la población indígena a consecuencia de las guerras contra los conquistadores, del duro trabajo forzoso a que éstos la sometieron con frecuencia y más aún por las enfermedades que a América llevaron los españoles. También se dieron casos de indígenas que, impotentes frente al invasor y refractarios a dejarse dominar, optaron por el suicidio, el aborto o la huida a tierras más pobres pero alejadas de los territorios conquistados" (Enciclopedia temática, editorial Océano).

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