16 de noviembre de 2020

El primer viaje en el tiempo (1582)

En el año 1582, la Iglesia católica (nunca está de más recordar que mató a 7 millones de personas a través de la Inquisición) logró lo que desde un punto de vista podría considerarse un milagro: viajar en el tiempo. Consiguió que muchos dominios cristianos se trasladaran desde el día 4 de octubre a las 23:59 al 15 de octubre a las 00:00, sin escalas.

¿Cómo es eso? Lo que sucedió fue que, desde el año 325 hasta el año 1582 se consideraba que los años duraban 365 días y 6 horas, o sea que cada cuatro años se agregaba un día al año (como ahora). Posteriormente, se llegó a la conclusión de que en realidad duran 365 días, 5 horas y 48 minutos.

Parece una diferencia chiquita, pero esos minutos de error se fueron acumulando durante más de 1250 años hasta generar un desfase de 10 días. ¿Se entiende? Es como que se adelantaba todo: cada estación empezaba 10 días antes y cada suceso anual de la naturaleza también.

Entonces, en 1582 se decidió una modificación en el calendario cristiano: para solucionar ese problema, los días del 5 al 14 de octubre de 1582 no existirían. Así nomás. Los saltearon para volver a acomodar las fechas.

El calendario que se usó hasta 1582 se llama calendario juliano (fue creado en épocas del emperador romano Julio César) y el nuevo se llama calendario gregoriano, porque el papa que gobernaba la Iglesia católica y lo aprobó en 1582 era Gregorio XIII. 

El calendario gregoriano se aplicó inicialmente solo en reinos católicos y más adelante lo fue adoptando todo el mundo occidental, pero algunos quitándole el nombre de "gregoriano" ya que les importa un cuerno quién es el papa, ya que no son estados católicos.

Para que no vuelva a pasar lo mismo, ahora, cada 100 años, se elimina un día bisiesto. El 29 de febrero de 2000 no existió y tampoco existirá el 29 de febrero del año 2100. De todas formas, seguimos con un pequeño desfase de 26 segundos cada año, o sea que la primavera nos llega cada año 26 segundos antes. ¿Qué poético, no?

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