• Bret Harte - Stories of the Old West [publicado en Sur N° 76, enero de 1941]
Borges dice que "la vida norteamericana del siglo XIX no era incapaz de brutalidad, pero sí la literatura", pero le parece que ahora es un poco al revés y que "el menosprecio de lo sentimental ha empañado la fama de Bret Harte", o sea que es un escritor con un estilo más valorado en el siglo XIX que en 1941.
• Fragmento sobre Joyce [publicado en Sur N° 77, febrero de 1941]
Sorpresivo texto: mientras opina sobre el Ulises que "para los lectores desprevenidos, la vasta novela de Joyce es indescifrablemente caótica", anticipa casi con total detalle el que será uno de sus cuentos más famosos: Funes el memorioso. No sabía que existía este anticipo.
• Edward Shanks - Rudyard Kipling. A study in literature and political ideas [publicado en Sur N° 78, marzo de 1941]
A la pregunta "¿Debe o no el arte ser un instrumento político?", Borges responde: "En el arte nada es tan secundario como los propósitos del autor". Y dice sobre Kipling cosas que ya le leímos en otros textos: que es mucho más que un escritor que estaba de acuerdo con las violencias del Imperio Británico.
• Examen de la obra de Herbert Quain [publicado en Sur N° 79, abril de 1941]
Este texto lo incluyó en El jardín de senderos que se bifurcan (1941), libro que a la vez terminó siendo incluido en Ficciones (1944), así que lo comentaré cuando llegue a ese año.
• Gerald Heard - Pain, sex and time [publicado en Sur N° 80, mayo de 1941]
Este texto lo incluyó en Discusión (1957), así que lo comentaré cuando llegue ahí. ¡Cuánto me falta!
• La creación y P. H. Gosse [publicado en Sur N° 81, junio de 1941]
Andamos de racha: este lo incluyó en Otras inquisiciones (1952), así que a esperar que me toque ese libro, por capricho nomás. ¡Al final no estoy leyendo nada!
• Nota sobre ‘The purple land’ [publicado en La Nación, agosto de 1941]
Ya ni me sorprendo: lo leeré cuando llegue a Otras inquisiciones (1952).
• Un film abrumador [publicado en Sur N° 83, agosto de 1941]
De la película Citizen Kane dice que le gusta pensar su argumento como "la investigación del alma secreta de un hombre, a través de las obras que ha construido, de las palabras que ha pronunciado, de los muchos destinos que ha roto". Y se la juega con un vaticinio: "Me atrevo a sospechar, sin embargo, que Citizen Kane perdurará como «perduran» ciertos films de Griffith o de Pudovkin, cuyo valor histórico nadie niega, pero que nadie se resigna a rever. Adolece de gigantismo, de pedantería, de tedio. No es inteligente, es genial: en el sentido más nocturno y más alemán de esta mala palabra".
• La biblioteca de Babel [publicado en El jardín de senderos que se bifurcan, 1941]
Lo leeré cuando llegue a Ficciones (1944).
• Sobre los clásicos [publicado en Sur N° 85, octubre de 1941]
Lo leeré cuando llegue a Otras inquisiciones (1952).
• Dos libros de este tiempo [publicado en La Nación, octubre de 1941]
También lo incluyó en Otras inquisiciones (1952).
• Américo Castro - La peculiaridad lingüística rioplatense y su sentido histórico [publicado en Sur N° 86, noviembre de 1941]
Publicado en Otras inquisiciones (1952).
• El Dr. Jekyll y Edward Hyde, transformados [publicado en Sur N° 87, diciembre de 1941]
Publicado en Discusión (1957).
• Tres formas del eterno regreso [publicado en La Nación, diciembre de 1941]
Una especie de continuación, o de refuerzo, para un texto anterior, publicado en Historia de la eternidad (1936), al punto que Borges lo incorporó en una reedición de esa obra que saldría varios años después. Retoma el concepto del Eterno Retorno, la idea de que todo lo que sucede en el universo ya sucedió y volverá a suceder una y otra vez. Presenta ideas de otros pensadores (empezando por Platón) que consideraban que el Eterno Retorno era posible o tal vez inevitable. Me parece un texto menos memorable y que sirve como complemento al de 1936, que me había arremolinado los calcetines de la emoción.
El hombre, el imperfecto bibliotecario, puede ser obra del azar o de los demiurgos malevolos; la biblioteca, con su elegante dotación de anaqueles, de volumenes enigmáticos, de escaleras infatigables para los viajeros, y letrinas para el bibliotecario sentado, sólo puede ser obra de un dios.
ResponderEliminarFragmento de La biblioteca de Babel.
También recuerdo El Dr. Jekyll y Edward Hyde, transformados.
Una muestra de la faceta de Borges, como crítico de cine.