13 de mayo de 2021

Dinamarca (1600-1670)


• Resumen de lo publicado

Distintos pueblos ocuparon el territorio que actualmente pertenece a Dinamarca. El primero que trascendió fue el de los vikingos, que fueron dividiéndose: vikingos daneses, suecos y noruegos. Los daneses, a su vez, tomaron distintos caminos: los se quedaron en sus territorios, alrededor del año 958, fundaron Dinamarca. Otros, en barco, invadieron Inglaterra en el siglo IX, pero terminaron absorbidos por reyes locales. En el año 1100, los daneses quedaron asentados básicamente en Dinamarca, situación que se mantiene hasta la actualidad; aunque han invadido, en siglos posteriores, Noruega, Suecia e Islandia. En 1219 conquistaron Estonia; pero en 1346, como no les servía demasiado, se lo vendieron a la orden teutónica (grupo religioso). Los reyes de Dinamarca se enfrentaron, durante siglos, a la Iglesia católica; a la clase alta del reino (la nobleza), que exigía mayor poder; y al reino de Suecia. La gran hambruna (1315) y la peste negra (1348) golpearon con dureza a la región. Margarita I (1375-1412) se casó con Haakon VI de Noruega y, gracias a la Unión de Kalmar, gobernó un gran reino compuesto por Dinamarca, Noruega, Suecia, Islas Feroe, Finlandia y Groenlandia (conocido como Escandinavia). En el siglo XV el reino de dividió y se volvió a unificar. Cuando el rey Cristián II (1513-1523) asesinó a centenas de suecos para mantener su poder, los reinos se separaron y se miraron con desconfianza durante décadas. Cristián III (1533-1559) mantuvo unidas a Dinamarca y Noruega, e impulsó las ideas de Martín Lutero: aun hoy, la Iglesia oficial de Dinamarca es "luterana". Durante el siglo XVI, el reino de Dinamarca aumentó su poder gracias a la llegada de muchos holandeses (escapaban de una guerra), lo que potenció su fuerza de trabajo y le permitió mantener lazos comerciales con Holanda.

• ¿Cómo sigue la historia?

Entre 1618 y 1648 se produjo en Europa la terrible Guerra de los Treinta Años, entre ejércitos católicos y protestantes. El reino de Dinamarca fue parte del ejército protestante y, como casi todos los reinos, se vio bastante perjudicado por la guerra.

El reinado de Cristián IV (1588-1648) es considerado bastante positivo por la historia danesa, ya que pese a los conflictos existentes, mantuvo bien posicionada a Dinamarca en el contexto continental a través del saqueo: invadió la India y entró en guerra contra Suecia (1611-1613), derrotándola. Pero en 1628, ante derrotas en la Guerra de los Treinta Años, el rey tuvo que pedir ayuda a Suecia para formar una alianza.

En ese mismo año explotó un escándalo familiar, con acusaciones cruzadas de adulterio entre él y su esposa que terminó con la división de la corte.

En 1643 fue el reino de Suecia el que declaró la guerra y Cristián IV fue el héroe de la exitosa defensa danesa, perdiendo un ojo en la batalla. En 1645, Dinamarca fue derrotada y cedió parte de sus territorios a Suecia.

Durante el reinado de Federico III (1648-1670), Suecia se convirtió en la principal potencia regional y Dinamarca quedó relegada. La derrota en la guerra sueco-danesa de 1657-1658 fue estrepitosa y terminó con la entrega de parte importantísima del territorio.

Apenas meses después, ambos reinos rompieron el tratado de paz y volvieron la guerra. Suecia intentó la conquista total y el rey Federico, junto a la población entera, se dedicó a la última defensa de Copenhague. La ayuda de los Países Bajos (enfrentados con Suecia) fue clave para la salvación de Dinamarca. La muerte del rey de Suecia (en 1660) también fue de gran ayuda para volver a firmar un tratado de paz.

En 1665, el rey aprovechó su popularidad y el reino de Dinamarca se convirtió en una monarquía absolutista: el rey se ubicaría siempre por encima de las leyes.

Retrato de Cristián IV

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