14 de enero de 2017

Historia de la eternidad (Jorge Luis Borges) [1936]

Historia de la eternidad es una recopilación de ensayos escritos por el argentino Jorge Luis Borges. Fue publicado en 1936. La edición que leí tiene 170 páginas.

"El tiempo es un problema para nosotros, un tembloroso y exigente problema, acaso el más vital de la metafísica; la eternidad, un juego o fatigada esperanza". ¡Cuánto Borges hay acá! Con todo su mejor y su peor, el estilo borgeano queda estampado en este libro.

A veces me dicen que "Borges es muy difícil de entender". En las cuatro obras de las que hablamos en este blog (Fervor de Buenos Aires, de 1923; El idioma de los argentinos, 1928; Discusión, 1932; Historia universal de la infamia, 1936) esa sentencia no se cumplía. En esta, sí.

Los primeros libros de Borges usan un lenguaje más simple; y sus ideas, si no la tienen, al menos disimulan cierta sencillez. Pero en Historia de la eternidad se produce un corte. Las palabras avanzan más lento, obligan a pensarlas un poco más, a preguntarse dos veces. Eso, que puede sonar negativo en principio, puede terminar generando placer. Claro: hay que tener paciencia.

Es, de los cinco libros que mencioné, mi preferido. Consta de ocho ensayos. O sea, elaboradas ideas que Borges quiso escribir. Los ocho, de formas obvias o sutiles, tienen relación con el concepto de eternidad.

• Historia de la eternidad. Uno de los mejores textos de Borges. Explica todo lo que tenemos que saber sobre la eternidad: qué significa, quiénes hablaron sobre ella, qué posibilidades hay de que exista y qué significaría su existencia. Es un texto difícil, pero de 32 páginas. Vale la pena esforzarse para entenderlas.

• Las kenningar. Este ensayo es exclusivo para quienes disfrutan pensando en el lenguaje. Borges dedica 25 páginas a las kenningar, recurso literario que se usaba durante la Edad Media en Islandia para contar historias de forma grandilocuente. Casi siempre, se nombraba a un objeto haciendo referencia a otro. Los brazos, por ejemplo, eran "las piernas del omóplato". Curiosísimo.

• La metáfora. Un repaso a la historia de las metáforas y una reflexión sobre su utilidad. Siete lindas páginas.

• La doctrina de los ciclos. ¿El tiempo es infinito? En caso de que el tiempo sea infinito, ¿entonces todas las cosas que pasaron y pasan volverán a pasar? Borges discute con Nietzsche y da respuestas elaboradísimas y, especialmente, inesperadas. Texto difícil, ¡pero excelente!

• El tiempo circular. Retoma y completa el tema anterior en siete paginitas.

• Los traductores de las 1001 Noches. Acá la eternidad sólo aparece como resultado de las innumerables traducciones que pueden existir de una obra, en este caso las Mil y Una Noches. Borges analiza las traducciones de tres autores distintos, y detrás de esos análisis demuestra cuánto le apasiona el traslado de un lenguaje a otro y sus amplios conocimientos sobre el universo.

• El acercamiento a Almotásim. Una crítica literaria a la novela árabe que tiene ese título, y observaciones sobre los libros que están vinculados a obras anteriores.

• Arte de injuriar. Acá, Borges se pone casi gracioso. Hace un repaso de 12 páginas sobre cómo evolucionó (o involucionó) la burla, el insulto, la respuesta hiriente. Otro texto excelente, que además condena al libro a finalizar con la palabra eternidad.

Dos ideas sueltas que me gustaron:

(Sobre la Santísima Trinidad) • "Imaginada de golpe, la concepción de un padre, un hijo y un espectro, articulados en un solo organismo, parece un caso de teratología intelectual, una deformación que sólo el horror de una pesadilla pudo parir. El infierno es una mera violencia física, pero las tres inextricables Personas importan un horror intelectual, una infinidad ahogada, especiosa, como de contrarios espejos".

• "La visión directa de Dios es intolerable. Moisés cubre su rostro en el monte Horeb, porque tuvo miedo de ver a Dios; Hákim, profeta del Jorasán, usó un cuádruple velo de seda blanca para no cegar a los hombres".

En definitiva, este es uno de los 50 libros que me guardaría para toda la eternidad. Recomiendo, si no leer, al menos intentar leer a Borges. Si esta obra es muy difícil, dénle una chance a las anteriores, que son menos rebuscadas.

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