Desde
este blog insistimos mucho en que los (muchos o pocos) derechos que tenemos en
la actualidad se los debemos a millones de luchadores anónimos que, desde hace
miles de años, dieron su vida luchando contra la esclavitud, la tortura, la
discriminación racial y miles de cosas más. Para ser más claros: si hoy no
trabajás los domingos, tenés obra social y gas natural en tu casa y no pueden
ejecutarte sin motivo es porque alguien, antes de que nacieras, lucho por vos.
Entre
esos millones de luchadores, unos de nuestros favoritos son los plebeyos y
plebeyas romanos. En el siglo V a.C, Roma era dominada por una clase alta (la
nobleza) que los esclavizaba, los torturaba y los trataba como objetos. Los
plebeyos nacían ya con esa condición, como los empobrecidos de hoy, y solos
nunca hubieran podido defenderse. Entonces se unieron.
Los
plebeyos, teóricamente, eran libres, pero legalmente era como si no existieran.
Dependían siempre de un noble (su patrón) para realizar cualquier actividad
formal; y además eran los primeros que tenían que defender a Roma en caso de
guerra. Demasiado para que la rebelión no creciera en sus corazones.
Así,
los plebeyos crearon las primeras asambleas del pueblo: se reunían y creaban
reglas y leyes que, para ellos, tenían el mismo valor que las que dictaban los
nobles. Esto era considerado ilegal y muy mal visto por la nobleza (como sucede
ahora con las manifestaciones sociales), pero la plebe realizó un juramento de
fidelidad en el que prometieron ayudarse entre ellos y obedecer las leyes que
se decidieran en asamblea. Genios.
Como
los nobles no respetaban las leyes plebeyas y seguían oprimiéndolos, los
plebeyos tomaron una decisión gloriosa: comenzaron a irse de Roma, todos
juntos, para instalarse en el monte Aventino y fundar una nueva ciudad. ¿Qué
podían hacer los nobles romanos si los trabajadores los abandonaban? ¿Qué
podían hacer si eran incapaces de cumplir las labores más importantes? Podían
hacer algo: ceder ante algunas demandas para que los plebeyos volvieran.
En el
año 462 a .C.
comenzaron reformas en las leyes que disminuyeron las injusticias hacia la
plebe. Por ejemplo:
*Se
creó la lex sacrata, en la que los tribunos (quienes estaban al frente de las
asambleas populares) eran declarados santos e intangibles, por lo que la
nobleza no podía castigarlos.
*Los
tribunos comenzaron a asistir a las sesiones en el Senado. A diferencia de los
magistrados de la nobleza, no usaban ninguna vestimenta en especial, y durante
las sesiones se sentaban en un banquito sin lujos.
*Gracias
al ius intercedendi, los tribunos podían oponerse a las medidas que el Senado
dictara si eran consideradas injustas en asamblea popular. Cuando eso sucedía,
las leyes debían volver a ser discutidas.
*La
nobleza igual creaba leyes contra los plebeyos todo el tiempo. Cuando eso
sucedía, uno de los tribunos plebeyos gritaba “lo prohíbo” y, aunque su
protesta no les importaba a los nobles, el resto de los plebeyos discutían
hasta que la sesión tenía que suspenderse.
*En 445 a .C. se anuló la
prohibición del casamiento entre nobles/patricios y plebeyos.
*Finalmente,
los plebeyos consiguieron su principal exigencia: el fin de la esclavitud por
deudas (antes, si le debías a alguien y no podías pagarle, te convertías en su
esclavo para siempre).
La
lucha de los plebeyos significó la creación de una detalle legal que todavía
muchos de nosotros tenemos que aprender y usar sin miedo: el derecho de
resistencia contra el Estado. Dios, los amo.
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