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Armadura utilizada por un samurai |
Resumen de lo publicado. Japón está compuesto por 4068 islas. El Estado japonés (o sea, la unión de la mayoría de esas islas mediante leyes y gobernantes comunes para todos) comenzó a crearse alrededor del año 300. Hasta el 700 hubo un período de expansión. Esto significa que el gobernante decidía invadir nuevas islas para imponer esas leyes comunes. En el año 702 se compilaron las leyes en un texto llamado Codigo Taího, que, con reformas, perduró hasta 1912. Durante el Período Nara (710-794) se instauró un
gobierno burocrático. O sea que el Estado contrataba a muchas personas que no generaban nada sino que controlaban que todos cumplieran las leyes. Dicen los historiadores que fueron buenos años para Japón, de "prosperidad". En el Período Heian (794-1185), los japoneses dejaron de copiar todo de los chinos y crearon una cultura propia. En esa época aumentó mucho la corrupción en el Estado. Fujiwara Yoshifusa gobernó entre 804 y 872, y aprovechó para acomodar a su familia en los principales puestos del Estado. Michinaga-No-Fujiwara (996-1027) fue otro poderoso líder del clan y llegó a tener tanto poder como el emperador. El clan de los Fujiwara fue perdiendo poder, y aparecieron otros dos clanes (familias numerosas, poderosas y con objetivos comunes) que lucharon por el poder: los Taira y los Minamoto, que al final se quedaron con el gobierno de Japón.
¿Cómo sigue la historia? El "Shogunado de los Minamoto" perduró entre los años 1185 y 1333. Se llamó
shogunado porque el cargo principal era el del
shogun, líder de las tropas, y el emperador sólo era una figura decorativa. El shogún lideraba a los samurais, tropas de guerreros con estrictos códigos morales (no significa que eran códigos morales justos, sólo eran "estrictos").
Entre 1219 y 1221 hubo una guerra entre los Minamoto (el shogun y sus samurais) y el clan Hojo (del que surgió el emperador y sus funcionarios). El triunfo de los Minamoto dejó en claro que el emperador ya no tendría ningún poder en las décadas siguientes. Durante el
siglo XIII, se popularizó el budismo.
En 1274, el Imperio Mongol, que venía expandiéndose a lo bestia en Asia, invadió Japón. Fue una batalla épica donde los samurais pudieron probar sus fuerzas ante un gran ejército que los sorprendió con sus estrategias desconocidas, como la "nube de flechas". Las condiciones climáticas ayudaron a los japoneses, que se reagruparon, cambiaron sus métodos y consiguieron expulsar a los invasores.
Las segunda y última invasión de los mongoles fue en 1281, pero esta vez casi no pudieron bajar de sus barcos: un viento de tremenda fuerza los atacó y debieron huir llenos de terror.
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