"El feudo se caracterizó, en efecto, por ser una unidad económica, social y política de marcada tendencia a la autonomía y destinada a ser cada vez más un ámbito cerrado. Había sido concedido a un noble por el rey -o por otro noble de mayor poder- para que se beneficiara con sus rentas y, al mismo tiempo, para que lo administrara, gobernara y defendiera. Ese noble -el señor del feudo- estaba unido al rey -o al noble de quien recibiera la tierra, o a ambos- por un doble vínculo: el del 'beneficio', que lo obliga a reconocer la propiedad eminente de quien le había otorgado el feudo, y el 'vasallaje' por el que se comprometía a mantener la fe jurada con su señor, obligándose a combatir a su lado y a prestarle toda suerte de ayuda (...)
El vínculo feudal se establecía mediante un contrato, que por cierto no solía fijarse por escrito, pero que se formalizaba en ceremonia pública y ante testigos (...)
Era, pues, la sociedad feudal una organización basada en la desigualdad"
Escrito por José Luis Romero en el libro La Edad Media.
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