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Estatua de Guillermo el Conquistador |
Resumen de lo publicado. Inglaterra fue habitada desde hace unos 2000 años, sucesivamente, por
los celtas, los britanos y el
Imperio Romano. En el siglo V, distintos pueblos dividieron el territorio en siete, período que se conoce como la "heptarquía anglosajona". A finales del
siglo VIII, los siete reinos habían quedado reducidos a tres: Mercia, Wessex y Northumbria. Wessex se convirtió en el más poderoso, especialmente durante el reinado de Egberto (802-829). En el año 810,
los vikingos daneses comenzaron a dirigir sus viajes, en los que llegaban a través del mar y saqueaban pueblos, hacia Inglaterra. Así comenzó la lucha entre vikingos (también llamados normandos) y sajones (quienes vivían en Inglaterra). El rey sajón Alfredo el Grande (871-899) derrotó a los normandos en la batalla de Ethanburt (878), pero no consiguió expulsarlos. Los normandos renunciaron a nuevas conquistas, adoptaron el cristianismo y consolidaron su dominio en el este, formando un territorio con lengua y leyes propias llamado "Danelaw". Los sucesores de Alfredo el Grande fueron recuperando territorios del Danelaw. Además, expandieron su dominio por
Escocia y Gales. Además, impusieron un lenguaje propio, el inglés, por sobre el latín. En el año 1017, las tropas danesas arrasaron el reino de Wessex, que pasó a ser provincia de Dinamarca, gobernada por Canuto el Grande (995-1035).
¿Cómo sigue la historia? Eduardo III el Confesor (1042-1066) lideró al ejército que recuperó la independencia de Inglaterra; pero un normando, Guillermo el Conquistador (1066-1087) lo derrotó en la Batalla de Hastings y se proclamó rey. Fue un gobernante decidido y que consolidó el reino inglés.
Durante el reinado de Guillermo el Rojo (1087-1100), se inició el proceso de discusión entre la burguesía (comerciantes que tenían más dinero del que necesitaban), el clero (las autoridades religiosas) y el pueblo, que derivaría en la creación del Parlamento, espacio físico en el que representantes de cada sector social discutían las decisiones y leyes del gobierno.
Su hermano Enrique Beauclerc (1100-1135) usurpó el trono, controló la ciudad de Normandía y dispersó parte del ejército a través del reino. Su muerte, sin hijos varones, abrió una crisis para definir quién sería nuevo rey.
Los nobles (clase con mucho poder económico heredado de sus padres) eligieron a Esteban de Blois, pero la hija de Enrique, Matilde, se apoderó de Normandía y acordó con Esteban el Pacto de Wallingdorf, mediante el cual se consensuó que Esteban sería rey, pero que cuando muriera le sucedería el hijo de Matilde: Enrique Plantagenet.
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