Resumen de lo publicado. El territorio de Francia, antiguamente conocido como la Galia, fue ocupado por el Imperio Romano (siglo II a.C. a V d.C.) y luego por los francos (481), que tuvieron importantes reyes como Clodoveo (481-511) y Clotario (584-629), y líderes como Carlos Martel (731-742), que puso fin al avance musulmán en Europa. Carlomagno (768-814) construyó tanto poder que terminó siendo coronado emperador por el papa. A partir del año 843, el Imperio Franco comenzó a dividirse; de esa división nacieron las actuales Francia y Alemania. Durante el siglo X, el reino franco continuó dividiéndose y se formaron los ducados (tierras manejadas por la clase alta) de Lorena, Franconia, Sajonia, Turingia, Baviera y Suabia.
¿Cómo sigue la historia? El rey Roberto el Piadoso (996-1031) incorporó la ciudad de Borgoña a sus dominios. Por separarse de su esposa y contraer matrimonio con su prima Berta, fue excomulgado (expulsado de la vida religiosa) por el papa Gregorio V.
Enrique I (1031-1060) luchó contra los ejércitos de Inglaterra. Felipe I (1060-1108) también fue excomulgado. Las protestas sociales lo obligaron a renunciar. Tomó el trono su hijo Luis VI el Gordo (1108-1137). Él fue el rey más respetado y poderoso desde Carlomagno. Terminó con la crisis interna de Francia y aumentó las riquezas del Estado. En 1124 derrotó a la invasión del empearador de Alemania, Enrique V. Favoreció el crecimiento de los municipios y colaboró con la Iglesia católica.
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