Representación de Miecislao I |
En principio, los polacos tenían que entregar riquezas al Sacro Imperio Romano Germánico para vivir en paz en su tierra. En el año 983, el rey Miecislao I (también llamado Mieszko) aceptó declarar al cristianismo como religión oficial a cambio de que el imperio le permitiera ocupar mayores tierras.
Su hijo Boleslao (992-1025) expandió su territorio, imponiendo su poder sobre otros pueblos más pequeños. Pero bajo el reinado de Miecislao II (1025-1034), Polonia entró en un proceso de debilitamiento y algunos de sus dominios se independizaron.
En el año 1038, Polonia volvió a ser provincia del Sacro Imperio, pero recuperó su independencia en poco tiempo. Sin embargo, las invasiones de daneses y rusos, más las luchas internas entre el rey y la clase alta, generaron que a fines del siglo XII, campesinos alemanes ingresaran por el oeste y el sur y se apoderaran de parte del territorio.
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