Resumen de lo publicado. El origen de Israel es una mezcla de leyendas orales, textos de La Biblia y sucesos reales. Los reyes Saúl, David y Salomón son los más importantes de esa etapa (1210 a.C. -932 a.C.). Luego, el territorio comenzó a ser escenario de invasiones y enfrentamientos. El pueblo de Israel se dispersó por otras tierras, pero mantuvo costumbres y creencias. Entre los años 395 y 636, el territorio fue controlado por el Imperio Bizantino. En 636 fue ocupado por el Imperio Musulmán. Ese hecho sirvió como excusa para que, en el siglo XI, la Iglesia diera inicio a las sanguinarias Cruzadas cristianas. El dominio musulmán se sostuvo entre los siglos VII y XI. Las dinastías que lideraron el Imperio Musulmán fueron la Omeya (hasta 750), la Abbasí (hasta 969) y la de Fátima (hasta 1091). Con esta última dinastía se inició una serie de guerras y persecuciones religiosas, y por ello muchos árabes se trasladaron hasta Israel para escapar de la violencia. En el año 1071, el Imperio Selyúcida invadió y conquistó Israel.
¿Cómo sigue la historia? Entre 1095 y 1244 se realizaron las Cruzadas cristianas, injustas masacres en las tierras que el cristianismo consideraba propias. La Primera Cruzada finalizó con la conquista de Jerusalén y el establecimiento de cuatro Estados Cruzados en oriente medio, entre ellos el Reino de Jerusalén. Durante la toma de Jerusalén, los cruzados realizaron una cruenta matanza, que no respetó judíos ni musulmanes.
En las décadas siguientes se produjo el asentamiento de colonos europeos, sobre todo italianos y francos, y un notable incremento comercial.
Jerusalén fue conquistada en 1187 por Saladino, fundador de la dinastía ayubí, en aquel momento sultán de Egipto y Siria.
La Tercera Cruzada permitió la supervivencia del Reino de Jerusalén, si bien fue confinado a una estrecha franja de tierra próxima a la costa. La dinastía Ayubí fue sustituida por la de los Mamelucos en 1250, quienes en 1291 acabaron con el Reino de Jerusalén.
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