El retrato de Dorian Gray es una novela escrita por el irlandés Oscar Wilde, publicada en el año 1891.
Terminé de leerla hace un rato y me dejó una sensación rara. Un texto largo (220 páginas) que, por momentos, me aburrió. Por varios momentos. Pero tiene algunos capítulos interesantes.
Es una historia de ciencia ficción, porque en ella sucede algo que no tiene explicación científica y resulta decisivo en la obra. Aunque, por momentos, ese suceso es sólo una excusa para que se desplieguen diálogos voluptuosos, sádicos, ingeniosos, existencialistas entre los personajes.
Si tuviera que distinguir por algo a El retrato de Dorian Gray sería, insisto, por los diálogos entre sus personajes, poco creíbles por su sagacidad, pero que te obligan a pensar y a ubicarte a favor o en contra de ellos.
Ah, tengo que contar de qué se trata la historia: un pintor llamado Basilio hace un retrato de un hombre llamado Dorian Gray, por quien está fascinado. Pero un tercero en discordia, Harry, seduce a Dorian con su escandalosa forma de hablar y vivir. Es una obra llena de elementos homosexuales, pero nunca explicitados, ya que, de otro modo, en el siglo XIX no se hubiera podido publicar.
Entonces, ¿hay que leer El retrato de Dorian Gray o no? Y... Si vas a leer sólo 10 o 15 libros en tu vida, no lo leas, pasalo de largo sin culpa. Si leés mucho y tenés tiempo para dedicarle, sí, leelo, mal no está y un poco te va a dejar pensando.
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