Por Leandro Ramos, escritor y profesor de literatura
A los doce años no me preocupaba mucho por el imperialismo, la injusticia y el racismo. Por eso disfruté muchísimo la lectura de El continente misterioso, de Emilio Salgari, un escritor italiano al que tampoco le preocupaban mucho estas cosas.
Salgari nos cuenta en esta obra una típica aventura de conquistadores ambientada en el corazón del desierto de Australia. De esta novela recuerdo tan bien la escena en que los nativos asaban un canguro enterrándolo y haciendo una fogata sobre su cuerpo, como el momento en que enseñaban el método para cazar aves con boomerangs.
Sin preocuparse por la intolerancia de los occidentales hacia los nativos de África y Oceanía, Salgari murió padeciendo dificultades económicas, producto de la ambición y la intolerancia de quienes editaban sus libros.
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