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Mapa del año 1380. Poco quedaba del antiguo Imperio Musulmán. |
Resumen de lo publicado. El Islamismo, creado por Mahoma (571-632), es una religión que fue utilizada para crear uno de los imperios más poderosos. Los sucesores de Mahoma conformaron la dinastía omeya (632-750), que gobernó enormes porciones de Asia y África. Luego llegó la dinastía abásida, que fundó Bagdad (762) y llegó a conquistar
España. A mediados del siglo IX, la división que sufría el imperio era evidente: en varias regiones se habían formado gobiernos independientes. La dinastía abásida sostuvo el poder hasta la llegada de los turcos selyúcidas en 1055. Los selyúcidas derrotaron al Imperio Bizantino en la batalla de Manzikert (1071) y continuaron su expansión. El viejo Imperio Musulmán se convirtió en pequeños reinos, llamados sultanatos. Los únicos fuertes eran los de Run (en Anatolia), y el de Mosul y Alepo (en Siria). En 1174, Saladino tomó el cargo de atabeg (gobernador) de un sultanato y comenzó a acumular poder. Dominó Egipto, Damasco, Alepo y Acre. Cuando murió Saladino, en 1193, comenzó un período en el que el gran territorio musulmán se dividió nuevamente. Para el año 1194, ya no existía "un" Imperio Musulmán. Había varios gobiernos musulmanes fuertes: los almohades en el norte de África y en parte de Portugal y España; los ayubíes en Egipto, Israel y Siria; y los abásidas, que habían sostenido el poder en Bagdad. Ya en 1206 comenzó el avance de las tropas del poderoso Imperio Mongol, que devastaría a los pueblos musulmanes. En 1237, casi todos los límites de los territorios musulmanes estaban ocupados por mongoles. Los ejércitos conocidos como "mamelucos" reemplazaron a la dinastía ayubí en 1250. Para ese entonces, los almohades habían perdido buena parte de sus posesiones tanto en Portugal como en África. El golpe fatal llegó en 1258, cuando los mongoles conquistaron Bagdad, generando la desaparición definitiva de la dinastía abásida. En el año 1300, los mamelucos se defendían con fiereza de las Cruzadas cristianas y de la presión de los mongoles. En el norte de África, los almohades habían sido reemplazados por otro pueblo musulmán: los benimerines.
¿Cómo sigue la historia? La situación de los pueblos musulmanes (ya no existía un "imperio musulmán") se sostuvo hasta 1380: la dinastía de los Mamelucos gobernaba partes de los actuales Egipto, Israel y Arabia Saudita; los benimerines, la actual Marruecos; y los háfsidas, Túnez (y, luego, parte de Argelia).
En 1322, los mamelucos hicieron un pacto de paz con el principal pueblo de mongoles ("la Horda de Oro"), que había adoptado el islamismo. Esa situación les permitió cierta tranquilidad.
En 1465, los benimerines fueron derrocados por el pueblo wattásida, también musulmán, que controló Marruecos.
Más allá de las permanentes y sanguinarias luchas internas por el poder, el siguiente gran conflicto con otros pueblos sucedió en el año 1517, cuando, luego de haber representado una amenaza durante décadas, el Imperio Otomano invadió los territorios de los mamelucos, los derrotó y los controló por completo. El pueblo mameluco sobrevivió como una clase más dentro del Imperio Otomano.
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