Representación de Oton I |
En el año 9 a.C., el Imperio Romano conquistó Germania, pero retiró las tropas en el 9 d.C. El pueblo de los queruscos habitó la región, aunque para el año 350 ya compartía el territorio con lombardos, sajones, burgundios y alamanes. Si no tenés idea de qué son esos pueblos, no te preocupes, es sólo una enumeración que estamos obligados a hacer para no saltearnos nada.
En el año 434, Germania fue invadida por los hunos, violento pueblo asiático que saqueaba y asesinaba todo a su paso. La desintegración de los hunos, en el 453, permitió que todos los que habían sobrevivido escapando (sajones, burgundios y alamanes) pudieran regresar a territorio germano.
Los francos conquistaron parte de Germania en el 476 y absorbieron a los alamanes en el 502 y a los sajones en el 782.
Germania formó parte del imperio de los francos hasta que, por el Tratado de Verdún, Luis el Germánico (843-876, nieto de Carlomagno) fue reconocido como rey de la ya independizada Germania. Su estado estaba constituido por cinco ducados (territorios gobernados por un duque que respondía al rey): Sajonia, Franconia, Lorena, Suabia y Baviera.
El rey germano Arnulfo llegó a ser emperador de Occidente (896-899). Cuando el imperio de los francos se disolvió, Enrique el Pajarero (910-936), duque de Sajonia, se estableció como rey de Germania. Su hijo Otón I (936-973) venció a los húngaros en Lechfeld (955), con lo que transformó a Germania como el principal estado de la Europa occidental. En el 962, fue coronado emperador, marcando el nacimiento del Sacro Imperio Romano Germánico, y no permitió que los papas fueran consagrados sin antes jurarle fidelidad.
Otón II (973-983) enfrentó al rey francés Lotario, al cual arrinconó en París (978), y luchó contra los musulmanes en Italia.
En el siglo XI, época de debilidad cultural en Francia, Germania se convirtió en el centro espiritual y religioso de Europa.
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