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Estatua de Rodrigo Díaz de Vivar |
Resumen de lo publicado. Luego de la etapa de dominio romano,
en el siglo V tomó el poder el pueblo visigodo. El rey Leovigildo (572-586) fijó en Toledo
la capital. Recaredo (586-601) convirtió
al reino al catolicismo. Wamba (672-680) evitó que algunas regiones se
independizaran. Ervigio (680-687) y Égica (687-702)
gobernaron en una época con mucha pobreza y
persecución a los que profesaban religiones que no fueran la
oficial. En el año 711, el
Imperio Musulmán invadió España y conquistó la mayor parte del
territorio, excepto las montañas de la zona noreste, donde se refugiaron
los cristianos que resistieron a la invasión.
Luego de casi un siglo de resistencia, los cristianos se
fortalecieron, comenzaron un lento avance y formaron los primeros reinos españoles: Navarra,
Asturias, Castilla y Aragón. Pero comenzaron luego a enfrentarse entre sí. Como forma
de pago por defender a los distintos reyes, se les cedieron tierras a
guerreros y caballeros. Ese ese hecho fue una de las principales causas
del inicio del feudalismo en Europa. El dominio
musulmán en el resto de la región mostró la misma estrategia
que en el resto de las conquistas árabes: se pactó la rendición de los
pueblos ocupados sin imponerles su religión ni sus estructuras
organizativas, limitándose al cobro de tributos (sumas de dinero y
bienes). Al gobierno musulmán en España se le llamó emirato, y la capital del emirato era la ciudad de Córdoba.
¿Cómo sigue la historia? Mucho antes de que comenzaran las Cruzadas (la Iglesia mandaba a ejércitos a matar a quienes no eran cristianos), al menos tres expediciones similares habían sucedido en España.
La primera (en 1064) condujo a una efímera conquista de una ciudad llamada Barbastro. La segunda (1073) fracasó. La tercera (1089) permitió al ejército francés preparar la posterior invasión a la ciudad de Huesca.
En el primer tercio del siglo XI, el califato de Córdoba se había fracturado y se formaron "taifas" (pequeños reinos) independientes. La más poderosa fue la de Sevilla. Entre sus reyes se destacaron Al-Mutalid y su hijo Al-Mutadid (1069-1095).
Tras la desaparición del califato, intervinieron también en España tres imperios provenientes del norte de África: almorávides, almohades y benimerines. Los almorávides unificaron la parte de España que había sido dominada por los musulmanes, pero su imperio rápidamente se fraccionó. Además, no consiguieron hacer retroceder a los cristianos, que contaron con el apoyo de los nobles francos y el liderazgo de Rodrigo Díaz de Vivar (más conocido como el Cid Campeador).
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