Bestiario es el primer libro escrito por Julio Cortázar (nacido en Argentina). O, al menos, el primero que publicó con su nombre. Cortázar es muy reconocido y querido en Argentina, de hecho soy voluntario en una biblioteca popular que lleva su nombre. Pese a eso, debo decir con honestidad que el libro no me gustó.
¿De qué se trata? Son ocho cuentos con historias bastante realistas, que podrían haber pasado en cualquiera de nuestros barrios, en las que de pronto aparecen situaciones sobrenaturales.
Casa tomada. Dos hermanes viven casi obsesivamente dentro de una casa enorme, pero poco a poco escuchan ruidos y van deshabitando partes de la casa por temor.
Carta a una señorita en París. Un hombre que cuida el departamento de una mujer que se fue a París tiene un extraño problema: cada tanto, vomita un conejito.
Lejana. Una adinerada mujer de Buenos Aires tiene la extraña fantasía de que está unida de alguna manera con una empobrecida mujer que vive en Budapest. Y va en busca de ella.
Ómnibus. Una mujer sube a un colectivo que va a la Chacarita, siente que todas las personas la miran raro y no entiende por qué. Solo la diferencia de elles que no lleva flores en las manos.
Cefalea. Cuenta sucesos en una granja en la que cuidan extraños animales inventados por Cortázar, las mancuspias, que transmiten enfermedades mentales.
Circe. Mario es pareja de Delia, cuyos dos anteriores novios murieron, por lo que a su alrededor se genera una atmósfera extraña, que ella, de algún modo, alimenta.
Las puertas del cielo. A Marcelo, que es abogado, le avisan que murió la esposa de un amigo. Va al velatorio y analiza lo que sucede con extrema frialdad. Lleva a su amigo a una especie de cabaret en el que habían conocido a la mujer muerta, y ahí sucede algo inexplicable.
Bestiario. Una niña llamada Isabel va de vacaciones a casa de unos parientes, donde habita un misterioso tigre que tienen que vigilar y evitar para que no les dañe. Mientras tanto, y poco a poco, Isabel descubre que la aparente felicidad familiar es en realidad una mentira.
Contados así, los argumentos son interesantes, pero, al menos en este libro, Cortázar se regocija en una narración hermética, incómoda, misteriosa, en la que siempre nos quedamos un poco afuera, y en la que los finales parecen encerrar una metáfora compleja y profunda que yo no alcanzo a dilucidar.
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