Se estima que en el siglo XV la población del actual territorio de Chile era de aproximadamente 1.200.000 personas. Los principales pueblos eran los aimaras, diaguitas, atacameños, incas, changos, mapuches, chonos, kawésqar, yaganes, aónikenk y selknam.
El Imperio de España, que comenzó su genocidio en América en 1492, llegó a Chile en 1520. Desde 1535 los españoles tomaron el norte y no detuvieron sus intentos de exterminio. Pero los mapuches, cuncos, huillches, pehuenches y picunches se unieron para enfrentarlos en el centro del país, dando inicio al enfrentamiento conocido como Guerra de Arauco, que duraría más de un siglo.
Después de 18 años en los que no pudieron someter a los pueblos originarios, en 1553 los genocidas planearon la masacre final: la batalla de Tucapel. Todo el sur de Chile y de Argentina estaban poblados por personas libres y los españoles querían seguir sus asesinatos ahí.
Sé que esa batalla generó muchas muertes y dolor entre los pueblos originarios, pero no puedo dejar de celebrar, anacrónicamente, el triunfo de mapuches, pehuenches y demás aliados. Porque significó, para miles de personas, una vida entera mucho mejor que la que hubieran tenido. Liderados por el cacique Lautaro, causaron la muerte del líder español, Pedro de Valdivia.
Lautaro fue asesinado por los españoles, que seguían sus intentos de esclavización, en 1557. Entonces fue elegido Caupolicán para dirigir la resistencia de los pueblos originarios. Pero Caupolicán también fue cruelmente asesinado, clavándole una lanza en el ano hasta sus entrañas para generarle mayor dolor. El siguiente líder se destacaba por su función de "sabio" entre los pueblos, se llamaba Colo Colo y fue clave para la resistencia hasta su muerte en 1565.
Los genocidas dominaban del centro hacia el norte, y en 1561 la situación empeoró para los pueblos originarios, porque un brote de viruela mató a cerca del 20% de las y los sobrevivientes.
Las batallas eran prácticamente permanentes y los españoles triunfaban pero conseguían ampliar sus fronteras pocos kilómetros, porque los pueblos originarios se reagrupaban y resistían del centro hacia el sur, al punto que para el año 1570 prácticamente habían detenido el avance español.
Durante dos décadas, los intentos de someter a mapuches, araucanos, huillches y pehuenches fracasaron. La defensa indígena era cada vez más heroica y sofisticada. A los españoles les ofrecían riquezas para sumarse al ejército, pero pocos querían participar de una guerra interminable que consideraban similar al infierno.
En 1598, en el suceso conocido como "la victoria de Curalaba" por l@s historiador@s just@s, los mapuches causaron una fuerte derrota a los genocidas, que perdieron más de la mitad de su ejército. Fue una gesta histórica, ya que permitió que aún hoy, 422 años después, muchos pueblos originarios sigan existiendo y se hayan salvado del genocidio.
Estatua del cacique Lautaro |
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