27 de julio de 2021

Inglaterra (1603-1640)


 • Resumen de lo publicado

El actual territorio de Inglaterra fue ocupado desde hace unos 2000 años, sucesivamente, por celtas, britanos y el Imperio Romano. En el siglo V, siete pueblos se dividieron el territorio. En el siglo VIII, los siete quedaron reducidos a tres: Wessex era el más poderoso. En el año 810, los vikingos daneses dirigieron sus expediciones de saqueo hacia Inglaterra. Así comenzó la lucha entre vikingos (o normandos) y sajones (quienes vivían en Inglaterra). En el 878, los normandos crearon su propio reino. Los sajones fueron recuperando territorio y expandieron su dominio por Escocia y Gales. En 1017, Wessex pasó a ser provincia de Dinamarca. Eduardo III (1042-1066) lideró al ejército que recuperó la independencia de Inglaterra. Durante el reinado de Guillermo el Rojo (1087-1100) se inició el debate entre la burguesía, las autoridades religiosas y el pueblo, que derivó en la creación del Parlamento, en el que representantes de cada sector discutían las decisiones del gobierno. A fines del siglo XII, Francia e Inglaterra se enfrentaron. La guerra terminó con la pérdida de los ingleses de los dominios que tenían en Francia. Arruinado por los gastos de la guerra, el rey Juan Sin Tierra buscó apoyo del papa y le entregó parte del territorio en 1213. La clase alta y la burguesía se opusieron y lo obligaron a firmar la Carta Magna (1215), que los favorecía. Enrique III (1216-1272) fue obligado a firmar el Estatuto de Oxford (1258): las decisiones del rey tenían que ser aprobadas por los nobles. Inglaterra se convirtió así en una monarquía constitucional. En el siglo XIV, el parlamento se dividió en dos cámaras: los Lores (familias poderosas) y los Comunes (comerciantes con riquezas). En la Guerra de los Cien Años (1337-1453), larguísimo enfrentamiento contra Francia, el ejército francés liderado por Juana de Arco recuperó casi todos los territorios. La Guerra de las Dos Rosas (1455-1487) fue un enfrentamiento entre las familias más poderosas de Inglaterra, que querían imponer a su rey. Enrique VIII (1509-1547) abandonó el catolicismo y creó la Iglesia anglicana. Esa modificación se dio en medio de la Reforma Protestante. La reina María Tudor (1553-1559) se alió con el catolicismo. El apogeo del absolutismo (que la corona tenga poder absoluto) llegó con Isabel I (1558-1603), que favoreció a la Iglesia anglicana. Durante su reinado escribió sus obras más conocidas William Shakespeare. La Iglesia católica reaccionó invadiendo Inglaterra, con ayuda de España. Inglaterra y España se enfrentaron en 1588, y los ingleses derrotaron a la llamada “Armada Invencible”, con lo que se convertían en la principal potencia bélica. Entonces comenzaron su invasión a América (en 1584 habían llegado a la actual ciudad de Virginia, Estados Unidos) y África (traficaban esclavas y esclavos aliándose con los barcos piratas). El apodo de “piratas” para los ingleses proviene de esta época: el Estado se alió con criminales sin nación (piratas) para aumentar sus riquezas.

• ¿Cómo sigue la historia?

La reina Isabel I murió sin dejar herederos, por lo que hubo cambio de dinastía y subió al trono la familia Estuardo, que ya gobernaba Escocia. Jacobo I (1603-1625) fue rey de Escocia e Inglaterra y hay polémica sobre él: algunes dicen que era un autoritario inmoral y otres que gobernaba con firmeza y astucia. Las pocas certezas son que aumentó exageradamente los impuestos y que se enfrentó con el Parlamento. También escribió bastante, incluso poesías y meditaciones.

Carlos I (1625-1649) siguió una línea similar, intentando aumentar incluso más el poder de la corona. No es raro: se enmarca en un periodo de "absolutismo" en gran parte de Europa, en la que los reyes buscaban tener poder absoluto ante el crecimiento de los burgueses. Carlos I llegó a disolver el Parlamento tres veces en tres años, hasta que en 1628 los grupos de poder presentaron con éxito una Petición de derechos para exigirle que respetara las leyes inglesas. El enfrentamiento no fue solo teórico: George Villiers, hombre de confianza del rey, fue asesinado. La respuesta fue la persecución y encarcelamiento de muchos de los miembros del Parlamento.

La tensión siguió aumentando. Entre 1629 y 1640, Carlos I directamente ignoró las decisiones del Parlamento (que además estaba debilitado), periodo conocido como "la tiranía de los once años". Había fuertes conflictos económicos, políticos y religiosos.

En 1638, la persecución contra sus opositores generó otro estallido: una revuelta de escoceses de otra religión (presbiterianos) conocida como Covenant. Carlos intentó aliarse con el Parlamento en 1640, pero el Parlamento exigió que diera marcha atrás en algunas medidas, el rey no aceptó y prefirió volver a disolverlo. Cuando ya no tenía opción, aceptó las condiciones del Parlamento, dando muestras de su débil posición. 

Retrato de Jacobo I

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