• Resumen de lo publicado
El territorio de la actual Rusia fue poblado hace miles de años. En el siglo IV, hunos y ávaros ocuparon la región. Vikingos suecos (los "varegos" o "rus") se asentaron a fines del siglo IX y fundaron el principado de Rus, del que surge el nombre Rusia. La "Rus de Kiev" fue uno de los principados más importantes de los siglos X y XI, cuando se adoptó el cristianismo ortodoxo. En 1237, el Imperio Mongol invadió Rusia y asesinó a un tercio de su población: uno de los más terribles sucesos de la historia. Un sector de los mongoles, los tártaros, controló casi todo el territorio. Los sobrevivientes huyeron a áreas con peores condiciones de vida (principado de Nóvgorod), pero consolidaron su organización. En 1380, los rusos lograron su primera victoria ante los tártaros y crearon el principado de Moscú. El príncipe Dmitri Donskoi fue símbolo de la resistencia rusa. Basilio II (1425-1462) fue sanguinario con 15.000 búlgaros a los que derrotó: les quitó la vista a 14.850 y dejó a 150 con un ojo, para que volvieran caminando a Bulgaria y el resto de la población les temiera a los rusos. Con Iván III (1462-1505), Rusia se convirtió en el Estado más grande de Europa, aunque poco poblado (7.000.000 de habitantes) y se liberó definitivamente de los tártaros. El príncipe Basilio III (1505-1533) anexionó nuevos territorios y ejecutó a sus opositores. Iván IV, conocido como Iván el Terrible (1533-1584), fue el primero que utilizó el título de "zar" (emperador). En su gobierno, Rusia conquistó Siberia y se creó un nuevo código de leyes, pero fue responsable del asesinato de decenas de miles de personas en sus campañas de conquista y en sus represalias internas. Terminó psicótico, ingiriendo mercurio a causa de que estaba enfermo de sífilis y cometiendo nuevos crímenes. Luego de su muerte, los fracasos militares, las epidemias y las pobres cosechas debilitaron a Rusia; y los tártaros invadieron y quemaron la ciudad de Moscú. Una fuerte hambruna (1601-1603) generó una guerra civil que duraría varios años.
• ¿Cómo sigue la historia?
El hijo de Iván el Terrible, Fiódor I, murió en 1598 sin herederos, por lo que la clase dominante rusa decidió que el siguiente zar fuera electo por votación. Eligieron a Borís Godunov (1598-1605), de quien se dijo que antes había ordenado asesinar a los demás candidatos posibles. Luego de su muerte, comenzó un periodo conocido como "el tiempo de los disturbios".
Entre 1605 y 1613 hubo una sucesión de misterios y asesinatos en los círculos de poder rusos. Incluso subieron al trono hombres que fingían ser personas muertas: hijos de anteriores reyes. El zar Miguel Románov (zar entre 1613-1645) no tenía formación política y dejó las decisiones principales a sus consejeros. El contexto ayudó, ya que no hubo catástrofes climáticas ni invasiones extranjeras, por lo que su gobierno fue una era de paz y menos opresión.
Su hijo Alejo Románov (1645-1676) tenía una personalidad muy excéntrica (como muchos gobernantes de la historia), pero lo importante fue cómo vivió el pueblo durante su gobierno: se quejaron por el hambre, sufrieron terribles represiones (ordenó asesinar a 7.000 personas en un justo reclamo) y no mejoraron sus condiciones de vida. Para peor, Alejo legalizó la esclavitud en Rusia.
Durante el relativamente breve reinado del zar Fiódor III (1676-1682) aumentó la influencia de la cultura polaca en el estilo de vida ruso.
Luego de otro periodo de asesinatos y enfrentamientos brutales, a partir de 1682 y hasta 1696 hubo dos zares: los hermanos Pedro e Iván V. Iván era el mayor, pero sufría discapacidades físicas y mentales, por lo que compartió el trono. Como tenían poca edad, en principio gobernaba su madre Natalia, pero otra lucha sanguinaria en la corte terminó imponiendo a otra regente, Sofía, hasta 1689. Pedro gobernó en soledad a partir de 1696, cuando murió Iván.
La clase gobernante rusa, lejos de tomar decisiones para mejorar la vida de los habitantes del territorio, se concentraba en rituales religiosos, lujos extremos, sobrevivir a los posibles intentos de asesinato y formar ejércitos sostenidos con altísimos impuestos.
Retrato de Borís Godunov |
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