Por Leandro Ramos, escritor, profesor de literatura e integrante del Movimiento Etiopía
La madriguera, a veces titulado La obra, es un cuento bastante largo y no muy conocido escrito en 1923 por Franz Kafka.
Tuve la oportunidad de leerlo hace unos años, mientras viajaba en micro a Mendoza con mi amigo Andrey. Su lectura fue memorable: nos alternábamos una página cada uno, leyendo en voz alta y molestando a los pasajeros circundantes durante las cuatro horas y media que habremos tardado en leer el relato.
Por fuera de lo divertido de las circunstancias, el cuento me gustó mucho. Trata de un largo monólogo de un animal pequeño, que yo imaginaba como una especie de castorcito, con evidentes delirios de persecución y que construye incansablemente una madriguera para protegerse.
A primera vista, como todo en Kafka, parece no tener sentido: el pequeño animal no termina nunca de construir su pequeña madriguera y el supuesto peligro jamás aparece. Entretanto, el protagonista sufre muchísimo su condición de desprotegido y amenazado. Por lo que leí, algunos afirman que es una metáfora de su propia obra o que está relacionado a la civilización que construye el hombre, ideas que mucho no me convencen.
Kafka dota al pequeño roedor de un pensamiento humano, y lo que destaca de este pensamiento es el miedo constante a amenazas que no existen. El tema es que este miedo es el motor para crear una gran y perfecta madriguera, y esta construcción da sentido a la vida del pequeño mamífero, de la misma manera que nosotros damos sentido a nuestras vidas creándonos muchas veces problemas que no existen.
Claro, ésta es mi lectura, así como puede haber otras igual de válidas, y lo genial de Kafka es precisamente eso: sus cuentos abren un abanico infinito de posibilidades que el lector debe completar con su imaginación.
Pezado libro.
ResponderEliminarGracias por el análisis, me han dado ganas de leérmelo.
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