12 de septiembre de 2022

Perú (1630-1745)


• Resumen de lo publicado

Las tierras que actualmente pertenecen a Perú fueron habitadas hace al menos 10.000 años y vivieron ahí numerosos pueblos, entre ellos el pueblo Inca. Pero no hay registros de violencia extrema hasta la llegada del Imperio de España, dispuesto a todo para esclavizar o exterminar a la población. En 1529, ya había invadido América Central y avanzó hacia los actuales Perú y Bolivia, que poseían oro y plata. La región era conocida como el Tahuantinsuyo. Tras 13 años de resistencia inca, los españoles dominaron la mayor parte del territorio en 1542, cuando crearon el Virreinato del Perú  para unificar la gobernación de sus dominios en América. El resurgimiento final de los Incas estuvo a cargo de Túpac Amaru, pero en 1572 los genocidas españoles lo mataron despedazándolo. Durante el siglo XVI, el gran negocio fue la minería, explotada a cualquier costo. El genocidio fue brutal: de 9 millones de personas en 1530, quedaron 1.500.000 en 1590. En 1568 llegaron a Perú los jesuitas, brazo ideológico del catolicismo para aumentar el sometimiento de los pueblos originarios; y en 1569 arribó el virrey Francisco de Toledo para intensificar el dominio: la fundación de un Tribunal de la Inquisición (que asesinó a por lo menos 7.000.000 de inocentes en el mundo) y la sanguinaria muerte de Túpac Amaru son apenas ejemplos. A partir del siglo XVII comenzó un fuerte declive de la minería, desgastada casi por completo, y en 1630, un fuerte terremoto en Perú significó otro golpe para la acumulación de poder ambicionada por los españoles. 

• ¿Cómo sigue la historia?

Durante el resto del siglo XVII, el Imperio de España continuó su cruel sometimiento y los focos de resistencia fueron menos. Los pobladores originarios sobrevivientes se refugiaron en territorios alejados que los españoles no pudieran alcanzar. Cómo obtener las mayores ganancias posibles, recuperarse de los terremotos y evitar que barcos portugueses o ingleses invadieran sus territorios eran la principal preocupación de los gobernantes.

Ya en el siglo XVIII, las tierras y la población del Virreinato del Perú habían sido tan explotadas que las ganancias de los genocidas comenzaron a disminuir, lo que aumentó los conflictos, tanto entre los gobernantes como intentos de revolución de los pobladores, casi siempre detenidos con sanguinarias represiones. Comenzó un intercambio (a veces legal, a veces ilegal) con barcos franceses que también generaría conflictos.

La corrupción era indisimulable, al punto que el virrey José de Armendáriz (1724-1736) tuvo que enjuiciar y encarcerlar a varios funcionarios de la Casa de la Moneda, y ordenó pena de muerte para los siguientes casos de corrupción.

El virreinato de José Antonio de Mendoza (1736-1745) también tuvo levantamientos y grotescos casos de corrupción. Poco a poco, el dominio español en Perú se iba resquebrajando.

La historia de Perú la seguimos otro día.

Pintura del virrey José de Armendáriz


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