Nació con dificultades para caminar y sufría una fuerte miopía. Aun así, se burlaba permanentemente de los defectos físicos de les demás. Su papá murió cuando tenía 6 años.
En sus primeros poemas, Quevedo rivalizó con el escritor más importante de ese momento, Luis de Góngora, que se habría enojado y lo habría atacado también a través de poemas, aunque está en discusión si esto fue cierto.
También escribió textos humorísticos y groseros de los que después se arrepintió, pero circularon igual.
Sus obras más valoradas actualmente son Historia de la vida del buscón llamado don Pablos (novela picaresca de 1626); y Sueños y discursos (narraciones impresas en 1627).
Intentó ser amigo de los más poderosos, recibió sus favores y riquezas, y pasó algunos meses en prisión, situaciones habituales entre los cortesanos de su época. Odiaba a las mujeres y a las personas que profesaban el judaísmo. Evidentemente, no me cae bien.
Algo que me parece interesante para reflexionar es que Quevedo es referente, junto a Cervantes, Lope de Vega, Calderón de la Barca y otros más, de la Edad de Oro de la literatura española, acontecida en la primera mitad del siglo XVII. Esa Edad de Oro, tan prolija, maravillosa y civilizada, ocurría al mismo tiempo que, en América, el Imperio de España esclavizaba, torturaba y asesinaba a millones de personas para saquear sus riquezas y luego usarlas para, entre otras cosas, desarrollar su civilizado arte en sus tierras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario