En el año 1600, entró en erupción el volcán Huaynaputina, ubicado en el sur del actual territorio de Perú. Nunca más, en estos últimos 421 años, hubo una explosión tan fuerte en Sudamérica.
Es imposible imaginar su violencia, pero podemos al menos pensar en sus consecuencias: generó una cantidad inmensa (¡30 kilómetros cuadrados!) de una sustancia llamada tefra, que se elevó hasta la atmósfera y quedó allí, opacando el ingreso de la luz del Sol. Pocas cosas pueden ser más terribles para la vida en la Tierra que limitar la luz solar. Se supone que durante semanas enteras, en Perú no se pudo ver prácticamente nada a través de las cenizas: una noche permanente.
Las repercusiones fueron planetarias, ya que generaron que bajara la temperatura media del planeta y eso afectó especialmente a las regiones más frías, en las que un grado menos de temperatura generó un colapso. Por ejemplo, se considera que en Rusia que dejó como saldo la muerte por hambre de un tercio de su población: más de 2.000.000 de personas.
Miedito: el Huaynaputina es considerado en la actualidad un "volcán en actividad". Ojalá esté tranquilo en estas décadas.
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