• Resumen de lo publicado
El Islamismo, creado por Mahoma (571-632), es una religión que fue utilizada para crear uno de los imperios más poderosos. Los sucesores de Mahoma conformaron la dinastía omeya (632-750), que gobernó enormes porciones de Asia y África. Luego llegó la dinastía abásida, que conquistó España. A mediados del siglo IX, el imperio sufrió fuertes divisiones: en varias regiones se formaron gobiernos independientes. Los turcos selyúcidas le arrebataron el poder a los abásidas en 1055. Derrotaron al Imperio Bizantino en la batalla de Manzikert (1071) y continuaron su expansión. El Imperio Musulmán se convirtió en pequeños reinos, llamados sultanatos. Los únicos fuertes eran los de Run (en Anatolia), Mosul y Alepo (en Siria). En 1174, Saladino tomó el cargo de atabeg (gobernador) de un sultanato y comenzó a acumular poder. Dominó Egipto, Damasco, Alepo y Acre. Cuando murió, en 1193, el territorio musulmán se dividió nuevamente. Para 1194 ya no existía "un" Imperio Musulmán. Había varios gobiernos musulmanes fuertes: los almohades en el norte de África y parte de Portugal y España; los ayubíes en Egipto, Israel y Siria; y los abásidas, que habían sostenido el poder en Bagdad. En 1206 comenzó el avance del Imperio Mongol, que devastaría a los pueblos musulmanes. En 1237, casi todos los límites de los territorios musulmanes estaban ocupados por mongoles. Los ejércitos conocidos como "mamelucos" desplazaron a los ayubíes en 1250. Para ese entonces, los almohades habían perdido buena parte de sus posesiones en Portugal y África. El golpe fatal llegó en 1258, cuando los mongoles conquistaron Bagdad, generando la desaparición de la dinastía abásida. Cerca del 1300, los mamelucos se defendían con fiereza de las Cruzadas cristianas y de los mongoles. En el norte de África, los almohades habían sido reemplazados por otro pueblo musulmán: los benimerines. La situación de los pueblos musulmanes se sostuvo hasta 1380: los Mamelucos gobernaban partes de los actuales Egipto, Israel y Arabia Saudita; los benimerines, la actual Marruecos y el sur de España; y los háfsidas, Túnez (y, luego, parte de Argelia). En 1465, los benimerines fueron derrocados por el pueblo wattásida, también musulmán, que controló Marruecos. Más allá de las sanguinarias luchas internas por el poder, el siguiente gran conflicto sucedió en 1517, cuando el Imperio Otomano invadió los territorios de los mamelucos, los derrotó y los controló por completo. El pueblo mameluco sobrevivió como una clase más dentro del Imperio Otomano.
• ¿Cómo sigue la historia?
En el siglo XVI, el Imperio Musulmán ya no existía. En el año 1530, sólo quedaban dos reinos musulmanes: el de los wattásidas, en la actual Marruecos; y los háfsidas, en Túnez. En lo que hoy es Arabia Sáudita quedaban diversos pueblos pequeños sin gobierno central.
En 1554, los saadíes (también musulmanes) les quitaron el poder en Marruecos a los wattásidas, que terminaron extinguiéndose. Y en 1574, el Imperio Otomano invadió Túnez y derrocó a los háfsidas, que también se desintegraron entre otros pueblos.
Los saadíes fueron el pueblo musulmán más fuerte entre 1574 y 1666. Cuando la dinastía alauí los sucedió en Marruecos. Así que en este blog, a partir de este punto, seguiremos la historia de los pueblos musulmanes en textos dedicados independientemente a Marruecos (a partir de 1659) y Arabia Saudita (a partir de 1744).
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