Estatua de Valdemar Atterdag |
¿Cómo sigue la historia? Los reyes de Dinamarca tuvieron que enfrentarse, durante siglos, a la Iglesia católica, con la que tenían fuertes diferencias; y a la clase alta del reino (la nobleza), que exigía mayor poder. También tuvieron como enemigo al reino de Suecia, que les arrebató la región de Scania.
Luego de la gran hambruna (1315) y la peste negra (1348), que golpearon con dureza a toda la región, el rey Valdemar Atterdag consiguió aliviar la situación de Dinamarca, pero debió huir en el año 1370, perseguido por la nobleza.
Su hija, Margarita I (1375-1412), se casó con Haakon VI de Noruega y, gracias a un tratado conocido como Unión de Kalmar gobernó un gran reino compuesto por Dinamarca, Noruega, Suecia, Islas Feroe, Finlandia y Groenlandia (conocido con el nombre de la región: Escandinavia).
La situación era inestable: durante el gobierno de Erico de Pomerania (1412-1439), el reino volvió a dividirse; Cristóbal de Baviera (1440-1448) lo reunificó.
El principal conflicto siempre fue con Suecia; y, cuando el rey Cristián II (1513-1523) asesinó a centenas de suecos para mantener su poder, ya no hubo posibilidad de unión en Escandinavia. Los reinos se separaron y se miraron con desconfianza durante décadas.
Cristián III (1533-1559) mantuvo unidas a Dinamarca y Noruega, e impulsó la difusión de las ideas de Martín Lutero: hasta la actualidad, la Iglesia oficial de Dinamarca es "luterana".
Durante el siglo XVI, el reino de Dinamarca aumentó su poder político y sus recursos económicos, gracias a la llegada de muchos holandeses (escapaban de una guerra), que no sólo aumentó la fuerza de trabajo sino que permitió mantener lazos comerciales con Holanda.
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