"Era abril. Era 1995. El año del efecto Tequila y la reelección. El exacto momento en que a la televisión, como al pais, se le habían terminado el dinero fresco y las ideas fáciles. No fue casualidad ni suerte, entonces, lo que dejó entrar al mismo tiempo, aunque por diferentes grietas, a Poliladron y CQC.
Fue la necesidad de darle aire a ideas nuevas, a cambio de compartir riesgos económicos, lo que desencadenó el parto prematuro de las productoras independientes. Hijas de ese cinismo disfrazado de esperanza, llegaron a la pantalla sin demasiado apoyo ni experiencia".
(Extracto de un texto escrito por Claudia Acuña publicado en Rolling Stone N°21, diciembre de 1999.)
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