El actual territorio de Gales fue habitado hace al menos 29.000 años. Cerca del año 48, fue invadido por el Imperio Romano, que se retiró en el 410. El reino de Gales se conformó en el 444. La invasión de los pueblos anglosajones significó un gran cambio en Bretaña, que quedó bajo su control; Gales fue el único reino que mantuvo su autonomía, aunque con varios reyes simultáneos, ya que los hijos del rey se dividían el territorio. El primer gran conflicto para Gales sucedió entre 950 y 1000, cuando los vikingos daneses desembarcaron en sus costas para saquear aquello que encontraban. Los reyes les entregaron riquezas para que terminaran el saqueo y devolvieran rehenes que habían tomado. Grufydd ap Llywelyn (1057-1063) unificó el reino de Gales al anexionar territorios de sus primos. Inglaterra conquistó Gales en 1282, pero la mayoría de les que habitaban el territorio seguían definiéndose como galeses y mantuvieron su lenguaje y costumbres. Existieron intentos de recuperar la independencia. En 1404, por ejemplo, volvieron a nombrar príncipe de Gales a uno de los suyos, Owain Glyndwr, que consiguió el reconocimiento de Francia, España y Escocia, pero en 1412 los ingleses detuvieron la rebelión e hicieron huir al príncipe.
• ¿Cómo sigue la historia?
Entre 1535 y 1542, el rey de Inglaterra, Enrique VIII, dictó las Leyes de Gales, que prohibian el uso oficial del idioma galés, disolvían las últimas instituciones galesas y definieron qué territorios comprendían la provincia de Gales. Los habitantes de esa provincia pasaron a tener el mismo estatuto legal que los de todo el reino de Inglaterra.
En las décadas siguientes, la historia de Gales se vincula casi totalmente con la de Inglaterra. Un detalle diferente es el aspecto religioso: aunque la mayoría de las y los galeses aceptaron el anglicanismo impuesto por Inglaterra como religión, un sector se mantuvo católico.
Otra característica que distinguió a la provincia de Gales fue que durante la Guerra Civil Inglesa (1642-1651), que enfrentó a realistas (querían dar poder al rey) contra parlamentarios (deseaban que el poder lo tuviera al Parlamento), la mayor parte de la población se mostró a favor de los realistas, que finalmente fueron derrotados.
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