"En 1505, el papa Julio II reclamó a Miguel Ángel sus servicios para la ejecución de una gran mausoleo, pero el proyecto se frustró por un abrupto cambio de parecer del pontífice. Miguel Ángel se reconcilió con el papa cuando éste logró convencerlo para que decorara el techo de la Capilla Sixtina. Empleó cuatro años en pintar la Creación del mundo, una de las obras maestras del arte universal".
(Historia Universal, tomo 9, Editorial Sol 90)
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